Los turbocompresores existen desde hace casi tanto tiempo como los automóviles. Aproximadamente 20 años después de la invención del automóvil moderno, Alfred Büchi creó el primer prototipo funcional de lo que con el tiempo se conocería como turbocompresor.
Desde sus inicios, los turbocompresores han seguido cambiando en términos de popularidad, tecnología y eficiencia. Los turbocompresores actuales son increíblemente populares, están bien diseñados, son potentes y eficientes. Pero, ¿qué nos depara el futuro de los turbocompresores? Si tiene curiosidad sobre cómo se verán los turbos en los próximos años, aquí encontrará algunas nuevas e interesantes tendencias en turbocompresores para automóviles que tienen un gran potencial para sacudir el mundo del automóvil.
Tomando el mundo por asalto
Hubo un tiempo en el que los turbocompresores tenían mala reputación. Los primeros turbocompresores experimentaron una buena cantidad de dificultades: a muchos propietarios de vehículos no les gustaba su forma de trabajar y les preocupaba que la instalación de un turbocompresor pusiera en riesgo su garantía. Pero los tiempos han cambiado y los turbocompresores son ahora más populares que nunca.
En 2001, sólo el 1% de los coches producidos salían recién salidos de fábrica con turbocompresor. En 2019, más de un tercio de los vehículos ligeros venían preequipados con un turbocompresor. Se prevé que en los próximos años el 70% de los vehículos de nueva fabricación vendrán equipados con turbocompresores. Los turbocompresores no sólo están en aumento en Estados Unidos: también han arrasado en países como China e India.
El auge de los E-Turbos
La próxima y emocionante tendencia en turbocompresores para automóviles son los e-turbos. Es posible que haya oído hablar antes de los turbocompresores eléctricos. No son una especie de tecnología futura y prospectiva; son algo tangible, y su producción para vehículos de pasajeros del mercado masivo aumentará en 2021.
Estas variaciones eléctricas están diseñadas para eliminar algunas de las principales quejas de los turbos existentes, que incluyen el retraso del turbo, el tamaño imponente (ya que los vehículos más nuevos se producen con motores cada vez más pequeños) y el deseo de mayor potencia y eficiencia. Los E-turbos deberían reducir o eliminar el retraso del turbo y proporcionar mejoras en el rendimiento, la temperatura, la capacidad de respuesta, la eficiencia del combustible, las emisiones de NOx y más.
Lo que depara el futuro
Una mejor tecnología nos permite explorar nuevas vías de mejora. En muchos sentidos, el futuro de los turbocompresores es un misterio: en los próximos días, semanas, meses o años, podría haber una nueva revelación sorprendente que cambie todo el curso de la producción de turbocompresores. Sin embargo, hay un aspecto del futuro que está prácticamente garantizado. A medida que la tecnología siga evolucionando, los turbocompresores seguirán su ejemplo.
La industria de los turbocompresores está en auge a medida que los fabricantes reconocen la necesidad de mejorar la eficiencia del combustible y el rendimiento de sus vehículos, ambas cualidades que proporcionan los turbocompresores. Hay más personas que nunca investigando y trabajando para mejorar la tecnología de los turbocompresores, lo que abre un futuro más brillante para todo lo relacionado con los turbocompresores.
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